
Son muchas las personas que
se encuentran con un nivel de endeudamiento muy importante, y algunas en una
situación verdaderamente desesperada.
Cuando el problema ya es
grave, la solución lamentablemente no es sencilla y requiere de muchos
sacrificios. Pero también nos permite aprender, y no volver a caer en la trampa
de los pagos mínimos.
Cualquier plan para salir de
deudas implica que uno pueda pagar, por lo menos, el pago mínimo mensual de
todas sus tarjetas de crédito, y un poquito más. Si uno verdaderamente no
puede, entonces tiene que tomar otras medidas adicionales de las cuales
hablaremos más adelante.
Los pasos a seguir son:
Reconocer
y enfrentar. El primer paso para resolver cualquier
problema es reconocerlo.
Tenemos que reunir los
últimos estados de cuenta de todas nuestras tarjetas de crédito y sumar los
saldos para ver cuánto es nuestra deuda total.
De esta manera, habremos
calculado la dimensión del mismo y tendremos una fotografía completa de la
situación en la que estamos metidos.
Esconder
tarjetas. Nuestro objetivo fundamental es resolver nuestro
adeudo.
Por lo tanto, debemos evitar
a toda costa seguir usando nuestras tarjetas y de esta manera, incrementarlo.
No las portemos con nosotros y no las tengamos a la mano.
Es mejor guardarlas en un
lugar seguro, para evitar cualquier tentación, y acostumbrarnos a pagar todo en
efectivo por el momento.
Preparar
un plan de acción. Primero debemos escribir en un papel el
monto total de lo ingresos netos mensuales que recibimos, es decir, libres de
impuestos.
A continuación, nuestros
gastos fijos: renta o pago de hipoteca, teléfono, gas, luz, escuelas,
televisión por cable, etcétera.
Demás gastos, basados en las
notas que conservamos, como por ejemplo: supermercado, transporte, etcétera.
Con esto, podremos ver qué
gastos podemos recortar, por ejemplo, televisión de paga, celulares o la línea
telefónica de la casa, entre otras cosas, si nuestro problema es muy grave y
necesitamos forzosamente cortar todo lo no indispensable para vivir.
Debemos recordar que para
poder salir lo más pronto posible de nuestro problema, debemos destinar la
mayor cantidad de dinero posible en el pago de nuestras deudas.
Finalmente, uno debe restar
sus gastos de sus ingresos para ver cuánto tenemos disponible para destinar a
nuestros acreedores. Este monto debe ser suficiente para cubrir con el pago
mínimo de todas nuestras tarjetas y un monto para hacer pagos adicionales. En
caso contrario, queda muy claro que vivimos fuera de nuestras posibilidades,
por lo que debemos remediar esta situación lo antes posible para evitar mayores
problemas.
Listar
y ordenar. Tenemos que hacer una lista de lo que debemos en
nuestras tarjetas de crédito, de la siguiente forma: Nombre de la Tarjeta,
Saldo Total (Deuda), Tasa de Interés, Pago Mínimo y Fecha de Pago.
Luego, ordenarlas tomando el
criterio de poner primero la que tiene una tasa de interés más alta, y así
sucesivamente.
Priorizar
los pagos. Tenemos que pagar el mínimo en todas nuestras tarjetas,
para evitar caer en mora, y todo el monto adicional que nos quede para este
efecto, lo tenemos que asignar a la tarjeta que nos cobra la tasa más alta de
interés. Esto nos permite pagar la deuda más cara primero. Ni el mínimo
¿Y
si no nos alcanza para los mínimos y un poco más?
En este caso, estamos en un
problema muy severo, que por lo general requiere de soluciones que por lo
general son muy duras. Lo que se puede hacer en estos casos, para aplicar el
plan mencionado arriba, es:
Vender un
activo. Por ejemplo, nuestro auto, o alguna joya familiar.
El
empeño no es una opción en este caso porque por lo general es
un préstamo de corto plazo, con tasas de interés altas (en ocasiones similares
a las que cobran las tarjetas de crédito), y donde nos otorgan una fracción del
costo de un artículo que podríamos perder en caso de que no podamos pagar este
préstamo.
Dinero
adicional. Si tenemos ahorros, probablemente tendremos que usarlos
para pagar una parte de nuestros créditos, ya que la tasa de interés de éstos
es mucho más alta que la que podemos recibir en cualquier lugar por nuestras
inversiones.
O bien, quizá podamos obtener un segundo trabajo, que nos
brinde una fuente adicional de ingresos.
Como último recurso, quizá
podamos obtener algún préstamo de la
familia o de la empresa donde trabajamos, que nos sirva para pagar
completamente nuestros adeudos con las instituciones financieras, a modo de
quedarnos únicamente con un crédito a una tasa de interés mucho más baja.